LOS BENEFICOS RESULTADOS DE UNA CATARSIS
Con las reuniones entre las diversas e importantes instituciones de nuestro país acaecidas luego del triste acontecimiento del asesinato de tres menores de edad en el departamento de Arauca, específicamente en el municipio de Tame por un supuesto o supuestos miembros del Ejército Nacional quienes uno, un teniente de esa fuerza se encuentra ya procesado y es el más fuerte sindicado por cuanto ha aceptado muchas de las acusaciones realizadas por el ente acusador del Estado y otros tantos soldados de la misma fuerza quienes también se encuentran no solo bajo la lupa de la Fiscalía General de la Nación sino de su misma institución, pone de nuevo ante el país una perspectiva distinta de lo que significa el talante renovador y autocrítico del Ministerio de la Defensa y del Comando de las Fuerzas Militares.
En contadas oportunidades, las Fuerzas Militares se vieron recriminadas y vilipendiadas por la opinión pública tras hechos que aunque difíciles y vergonzosos en su momento recorrieron las mismas garantías investigativas y procesales que hoy se vislumbran con nuevos hechos reprobables y difíciles de asimilar por cuanto la esencia y razón de ser de los escuderos de la patria se ve golpeada por mínimos elementos dañinos y nefastos que ponen de manera momentánea ante el paredón lo logrado, el sacrificio que ha costado conseguirlo y, lo más importante la legitimidad que es la sagrada razón de ser para el reconocimiento de los conciudadanos y para el respeto reciproco que tan importantes elementos de la democracia se merecen.
Tal vez, dos de los acontecimientos más trascendentales en los últimos años que ha tenido que afrontar las FF.MM ha sido la desaparición de jóvenes en Bogotá y otras ciudades que aparecen luego en otras ciudades asesinados. Acusaciones diversas provenientes de los ciudadanos, opinión pública, medios de comunicación que, aunque pudiendo tratarse de una manera más regular y discreta, decidió tratarse desde el mismo seno de la Defensa y de sus Fuerzas Militares con la más amplia transparencia, apertura, humildad y vergüenza reciproca a la inmensa y fuerte aceptación y apoyo proveniente de la ciudadanía. No era para menos, debía ser como se realizó: de frente. De frente a quienes con escozor e impavidez veían como decantaban las acusaciones a miembros de las Fuerzas Militares como responsables directos de lo acaecido y que, con profundo dolor debían más allá del agradecimiento a tanto logro tener que luego lanzar su dedo acusador ante sus honrados héroes. El resultado: una profunda catarsis y auto reflexión proveniente de sus más altos mandos que ha servido como hasta ahora para replantear lo hecho, trabajar en un seguro presente y no repetir a futuro los errores tristes del pasado. Las investigaciones han avanzado con contundencia y seriedad por parte de los entes encargados de investigar y juzgar a quienes se han visto implicados en tan graves hechos, pero en esto también –y hay que reconocerlo- ha influido la profunda responsabilidad y manifiesto interés de las FF.MM por el avance, celeridad y transparencia por parte de la Fiscalía para que realizados los procedimientos probatorios judiciales paguen con severidad los responsables de tan deshonrosas actuaciones, pero que a su vez sean reivindicados quienes salgan inocentes y no responsables de lo que con tanta contundencia y a veces con sevicia han sido inculpados.
Lo ocurrido hace ya algunas semanas en Tame, tras el conocimiento de implicación de miembros del Ejército Nacional en el asesinato de dos niños y una niña, además de la violación de ésta última que sin duda avocó el repudio y rechazo nacional, ha servido de nuevo para poner a las FF.MM en el ojo del huracán que sin duda ha sido aprovechado por los detractores de la Democracia y la Constitución, pero más allá de ello, ha servido de nuevo para que nuestros más sagrados estamentos realicen una retrospección que sirva para ver más allá y estar blindados a errores que han costado, incluso opacado lo conseguido con sacrificio y valor de nuestros hombres. Lo que ha ocurrido con la celebración de audiencias públicas, sesiones del Congreso en el lugar de la tragedia y la participación de las FF.MM de manera sistemática e incondicional en estas demuestra un talante fresco, valiente y honroso que más allá de lo que ocurra en el plano judicial merece de los colombianos un espaldarazo, un motivo más de apoyo y esperanza en el futuro sustentada por miles de hombres que solo tienen una razón de ser desde que decidieron formar parte de la gloriosa institución militar: La paz de Colombia, su prosperidad y el futuro seguro para sus nuevas generaciones.
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