lunes, 6 de diciembre de 2010

LAS FARC NO TIENEN CAPACIDAD OFENSIVA

Fecha de recibo: Diciembre 06 de 2010
Fuente:
yiselbriceo1970@gmail.com



UN ERROR DE APRECIACIÓN GARRAFAL
QUE PODRÍA CONSIDERARSE GUERRA POLÍTICA


LAS FARC NO TIENEN CAPACIDAD OFENSIVA

Para León Valencia se convirtió en obsesión pregonar una inexistente ofensiva de las Farc; ahora, con ocasión del cobarde atentado en Vegalarga, Huila, vuelve a la carga y señala que si bien el Estado ha demostrado su ventaja militar sobre la guerrilla, sobre todo en operaciones aéreas y de inteligencia, las Farc están mostrando fortaleza en la ofensiva terrestre[1][1].
Considerar que atentados terroristas como los que se han presentado en algunos municipios del Cauca, Nariño, Arauca, Caquetá o Putumayo, como la acción criminal de Vegalarga, constituye una ofensiva terrestre de la narcoguerrilla, es demostrar un desconocimiento absoluto de lo que es una ofensiva armada, si fuere así la ETA o el IRA habrían ganado las guerras que emprendieron o las organizaciones terroristas islámicas ya habrían destruido el Estado de Israel. Por profusas y espectaculares que sean las acciones terroristas ellas de por sí no constituyen una ofensiva militar, por el contrario, los teóricos a través de la historia han mostrado que ellas son demostración de debilidad militar y política.
El solo hecho de que el Secretariado de las Farc haya ordenado a sus frentes y demás estructuras reducirse y no desplazarse en grupos significativos de hombres ante el temor a las acciones militares combinadas de las Fuerzas Militares legítimas, indica que esa organización narcoterrorista se encuentra en una fase de operaciones defensivas de huida en todas las regiones del país. El terrorismo desplegado simplemente tiene un objetivo propagandístico para mostrar una fortaleza de la que carecen.
El señor León Valencia debe repasar los conceptos que utiliza. Ofensiva es una operación militar que intenta a través de la proyección agresiva de la fuerza armada ocupar el territorio, ganar un objetivo o alcanzar alguno más grande estratégico, operacional o táctico. Pese al terrorismo las Farc no han podido ocupar los territorios de donde fueron desalojadas; que las operaciones militares conjuntas tengan ahora mayor preponderancia a las puramente terrestres, dadas las características nuevas de la confrontación a las organizaciones narcoguerrilleras, no quiere decir que el Ejército no se encuentre, estas si, en verdaderas operaciones ofensivas contra las organizaciones criminales.
El país no puede esperar grandes operaciones como las desplegadas en el Plan Patriota y en la Consolidación de la Seguridad Democrática, porque esas fases ya fueron alcanzadas victoriosamente y las operaciones se han trasladado a otros escenarios que no impactan mediáticamente, el corazón de nuestras selvas, pero a diario el Ejército está reportando operaciones exitosas contra las pequeñas estructuras en que se dividieron frentes y cuadrillas de la organización delincuencial.
Ahora bien, hay que señalar de la misma manera que tras las operaciones aéreas de bombardeo, han seguido operaciones helicotransportadas desarrolladas por el Ejército, así mismo los anillos de cerco están constituidos por hombres de esta Fuerza, no de otra manera se explicarían los soldados caídos o heridos en combate, algo previsible en el accionar militar, y que regularmente obedecen a la acción terrorista de las minas antipersonal sembradas en su huida por las estructuras criminales o la utilización de francotiradores como se ha apreciado en el Cauca y Nariño, en manera alguna a una ofensiva de las Farc. Las ofensivas se conducen en gran parte como los medios de asegurar iniciativa en una confrontación entre los opositores y el terrorismo no es un medio para asegurar iniciativa, sino para esconder la eminente derrota. Cada ofensiva tiene una tarea primaria de negar a enemigo defensas, y cause a enemigo a retirarse, de tal manera que quien desarrolla operaciones ofensivas es el Ejército, no la narcoguerrilla.
En el único escenario posible en el que las Farc adelantan operaciones ofensivas es en el que operan sus facciones no armadas, la guerra política y jurídica de las Farc, que responde con infiltraciones con milicias a las instituciones del Estado, las universidades y organizaciones sociales a través del PC3, donde pueden operar sin temor gracias a las mismas debilidades del Estado y amparadas en la tesis de quien hace apología del delito no es delincuente porque no porta un fusil; allí sin son débiles las FF.MM., porque no tienen facultades legales para operar en el control y reducción de esa amenaza, no son policía judicial y por ende no pueden siquiera adelantar investigaciones para que se judicialicen las conductas delictivas.
La misma Corporación Nuevo Arco Iris de León Valencia reconoce que Las Farc, “han dividido las fuerzas en pequeños grupos, no más de doce, evitando la construcción de grandes campamentos y la concentración de tropas”, de tal manera que su pretendida ofensiva se limita a la siembra de minas antipersona en carreteras y árboles, degradando aún más el conflicto armado, como lo dice el informe que produjeron, para concluir en una afirmación falaz e irreal, las Farc mantienen presencia en el 50% del territorio nacional.
Lo único evidente en este tipo de análisis e informes tendenciosos e irreales, es un afán por desacreditar los logros de la Política de Defensa y Seguridad Democrática y mantener la ilusión de una fortaleza de las Farc que pueda presionar desde el exterior, el que el gobierno nacional deba retroceder en lo alcanzado y ceder al pretendido diálogo con la organización narcoterrorista al amparo del manoseado discurso del acuerdo humanitario como lo hicieron durante los gobiernos de Belisario Betancur, Ernesto Samper y Andrés Pastrana.
Las Farc han señalado que mientras exista capitalismo su accionar criminal continuará y solo mediante el establecimiento y consolidación del socialismo en el país podrán reconsiderar la lucha armada como medio de hacer política; lo malo para ellas es que perdieron la capacidad ofensiva y su accionar se limita al terrorismo y los delitos de lesa humanidad como único recurso armado.
[1][1] EL TIEMPO. ‘Una bomba va a estallar’, decía el rumor en Vegalarga. Jueves 2 de diciembre de 2010. En: http://www.eltiempo.com/justicia/reacciones-tras-el-carro-bomba-en-vegalarga_8500104-4

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